jueves, 30 de junio de 2011

Vuelve y juega la Laguna Azul

   Les voy a contar, queridos muchachitos, un poco de la historia de este bello Paraíso Terrenal llamado Rionegro, Antioquia. El de hoy es un capítulo de emoción e intriga que habrá de gustarles y dentro del cual cada uno podrá sentirse como parte del mismo, porque es la vívida historia de la ciudad, mientras no se pruebe lo contrario. Así es que mucho oído y vamos con la historia que de seguro les va a arrancar algunas lágrimas.
 En la vida político económica de Rionegro, poquitos casos, problemas  y líos han merecido tanta atención y verborrea como el negociado denominado La Laguna Azul, que en realidad es una encrucijada la hijue madre por donde se mire y cada quien la mira de diferente manera, como si todos fuéramos bizcos.
   
    Todo partió, años ha,  de una admirable idea del alcalde Jorge Alberto Urrea Mejía, quien en gesto de progreso y esfuerzo, consideró que adquiriendo ese lote para unirlo, desde la carrera 50 hacia el oriente con el predio del antiguo matadero municipal, integraría un terreno de postín para cualquier obra grande que beneficiara a nuestra ciudad. La idea era fabulosa. Urrea comenzó a trabajar en serio y adquirió el terreno con algo de dinero y el resto a plazos, estilo polaco . . . Pero . . .

  Una cosa piensa el burro y otra el que lo está enjalmando. Llegó otro alcalde y como escoba nueva barre mejor, adiós que te vieron ojitos de golondrina. Como a ningún alcalde le gusta lo que hizo su antecesor, este no estuvo de acuerdo y dijo que no que ni por el verraco pagaba esa suma. Pero como ya habían pagado algo había que estudiar la cosa mejor. Dijo que no, pero como la cosa era con un vendedor fuerte guapachoso y fornido, la cosa se arregló a lo bien. Al parecer le devolvieron parte de la tierrita que había vendido y le quedaron debiendo el resto de dinero. . .

    Pero . . . llegó otro alcalde y la cosa se enredó más. Tampoco pudo arreglar  y la cosa quedó en suspenso o “están bay”, como dicen los ejecutivos . . . pero todo iba subiendo, el precio del negocio, los chismes y todo lo demás. El alcalde dejó que el negocio siguiera caminando solo, por inercia costosa para el municipio de Rionegro. El saldo, por entonces, ya iba por cerca de $ 6.000 millones, cuando llegó otro alcalde y dijo que ni por SATUPLE pagaba esa suma tan alta como una escalera de bomberos. Y entonces entró a arreglar con los dueños del balón que no eran  los del balón sino  los de la tierrita, izque porque Rionegro ahí  no tenía nada y según chismes, que no nos constan pero sí que son chismes de brujas, izque arreglaron por $ 9.000 millones. Claro como es que la carestía es tan enorme, pues quién sabe.  No se sabe cómo fue la cosa, pero la cosa se hizo y a mì que me esculquen. . .

     En todo caso cuando el negocio estaba como en esos $ 10.000 o no sé cuántos millones de deuda, la cosa comenzó a ponerse color de hormiga culona y la gente ya comenzó a enlocarse de chismes y decires. Vinieron abogados de afuera y de adentro. Y le echaron más fuego al candil y la cosa pa arriba pa arriba. Entraron la Corte y Consejo de Estado y hasta SATUPLE y muchas personas le hicieron la corte al negocio, porque izque era mucho verriondo negocio tan bueno. En todo caso a muchos nos “mandaron a decir” que ojo, muchachos de la prensa, que eso es pecao publicarlo  en las páginas de EL RIONEGRERO  porque se van derechito pa la la paila mocha del infierno y no se cuantas habladurías más y los chismorreos que volaban pa allá y pa acá. . y la deuda pa arriba . . .

    Lo cierto del caso es que eso se complicó y todos los ex alcaldes “sacaban el rabo” y quién sabe cuántas cosas más y pa onde, y se hablaba de vehículos y del tira y encoje y del tiro y la tira y ya llegó eso a debates del concejo y venían los abogados y hablaban negruras del blanco negociado, y hubo concejales que dijeron hasta misa y dieron a conocer nombres de los que amasaron pan y fortuna y de otros que también tampoco y que al fin no se sabe, que no, pero sí, pero nada que se esclarecía sino que más y más se complicaba y más y más subían el capital y los intereses de todos menos los desintereses de las pobres finanzas rionegreras.

    En todo caso, ni pa que les cuento más, porque no van a entender y nosotros tampoco tanto ni mucho menos menos. Eso se volvió como decía Celia Cruz: “Songo le dio a Borondongo, Borondongo le dio a Bernabé . . . .


     El caso es que eso se llamó La Laguna Azul, no por política sino porque el lote era hueco y se llenaba de agua y de buenas intenciones y ahí izque cabía mucho billete y no sé cuántas cosas más.

    Aquello era como un sueño para muchos y brillaba como riela la luna sobre un cristal de plata. como una bella lagunas azul.
Vinieron los cobros judiciales con pleito fallado y un alcalde previsivo, no tan marrano como cree la gente,  fue guardando platica del presupuesto municipal, o sea billetes de lo que el pobre pueblo paga en impuestos y en sacrificios y plafff…el actual alcalde Alcides encontró en el presupuesto el dinero que había que pagar para evitarle a Rionegro mayores males y tuvo que pagar el total de la deuda y creo que hasta honorarios altísimos y quién sabe cuántas arandelas más.

    Lo cierto del caso es que ya hay leyendas e imaginarios que navegan por sobre esa laguna azul; izque de noche se oye llorar un muchachito llamado Rionegro, que a grito herido reclama y notifica: “Me tumbaron, se me ahogó  mi platica. Hijuemadres se aprovecharon de mí. Que me la devuelvan o les jalo las patas a todos los culpables . . .”
        Pero este alcalde como que también se mojó con las inundaciones y dijo primero, que ahí no se podían levantar castillos de arena ni carajadas de esas, pero segundo, apenas pasaron las lluvias encima de la pobre laguna, que no es más que una bella prolongación de la llanura de inundación que otros le robaron al río Negro, hizo aprobar un Acuerdo para construír sobre el agua una terminal del transporte para Rionegro. Algo así, imaginamos, como para traer el turismo que ahora tiene la ciudad de Venecia, Italia, o Xochimilco, en el Méjico grande y querido. 

    Sin embargo, como por los gustos se comen los mocos, ahora aparecieron dizque cerca de 1.000 firmas de comerciantes que felicitaron y agradecieron a la administración del dotor Alcides este proyecto para construír en la laguna  el “Centro Administrativo  Comercial  y de Transporte Santiago de Arma”, porque “permite dinamizar y reactivar la economía del centro,  generar los equipamientos  que la ciudadanía requiere, organizar el transporte municipal  e intermunicipal,  recuperar el espacio público  y la movilidad del centro  y genera empleos”.

    Sobre este respaldo a la iniciativa del alcalde, no decimos nada por ahora, porque de pronto también NADA en la laguna. Recordemos que es llanura de inundación y nos inundamos todos. Mucho ojo, ciudadanos. No por mucho madrugar amanece más temprano y muchos ojos, los miles y miles del pueblo aguantador, pueden ver más que  las 1000 firmas. Rionegro para reactivar su centro comercial y dinamizar su economía, no necesita una terminal. Necesita muchas más cosas y de mayor envergadura. Pero sobre esto hay mucha tela para cortar. Más adelante, veremos qué pasa, dijo el ciego. 

    Dejemos esto por hoy así no más, con una recomendación al dotor Tobón alcalde: no se meta con la laguna porque mamá natura no se lo perdonará jamás. Otro alcalde metido en ese barrial d e inundación es puro terreno movedizo. O si no, pregúntele a algunos antecesores suyos y verán lo que le recomiendan. Pídale referencias a la fiscalía, Contralorìa y a todas las ías y verá . . .

    Y oiga dotor alcalde: ¿Ya metió el juicio para recuperar la platica de lios contribuyentes rionegreros que se ahogó en la Laguna Azul?  Vusté tiene obligación de repetir pa que Rionegro no pierda esa platica. ¿Ya le ordenó al Puto abogado que ponga el pleito? Tírele a esas finanzas ahogadas el salvavidas de la repetición.

    Rionegro tiene mucho aonde hacer la terminal o las intermedias, en otros lugares. Con la laguna no se meta, dotor Alcides porque le da alcidez estomacal y de pronto se ahoga en ese profundo gueco que le resultó tan caro al tesoro público de nuestra cara, carísima city, tesoro que se forma con los aportes de toditicos y  toditicas las rionegreras que nos pasamos de bobos a pendejos porque todo lo creemos bueno y nos dejamos engatusar de cualquiera que nos pinta pajaritos de oro.  Y hasta mañana, muchachitos, buenas noches y que duerman pensando en que en Rionegro también hay angelitos que nos cuidan junto con la virgen de Arma.

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